Concierto n. 20 y 24 para piano
Orchestre des Concerts Lamoureux dirigida por Igor Markevitch
Se estudia bien la música que penetra por ósmosis en el alma y no aquella que se aprende al son de la batuta, técnicamente, (do, re, mi, fa sol, la, si, do). Qué camino infinito, qué larga travesía, qué itinerario abrupto, sin detenerse, debe recorrer casi todo el mundo para alcanzar la ternura que expresa lo que es vivir, lo que es uno mismo y sus relaciones. El Concierto n. 20 para piano de Mozart la muestra con excelencia.
Pero, ¿de dónde nace un sentimiento de sí mismo y de la existencia tan ardiente, vivo y conmovido?
Experimentalmente la actividad más original del hombre es la de reconocer y constatar. Nada hay más intenso que una persona que, con rostro claro, tensa la mirada para contemplar un cuadro o una cara que le gusta; nada hay más entusiasmante, enérgico, vibrante, es decir, más activo. Pienso que la creación artística no es más que esto.
(Luigi Giussani - texto traducido del fasciculo adjunto al CD)