Ave Generosa
Coro delle monache del monastero benedettino St. Hildegard di Eibingen2007
Vivir es distinto cuando el hombre busca su destino en todo lo que experimenta. La novedad de vida consiste en perseguir en todo nuestro destino, en buscar a Cristo, nuestro destino, en todo. Habiéndolo reconocido, lo perseguimos en todo.
Miles y miles de personas han vivido así y han creado una civilización nueva. Perseguir en todo el destino: “Ya comáis, ya bebáis”. El monasterio de Cluny –hablo de Cluny como un ejemplo–, con los cientos de hombres y mujeres que lo habitaban, ¿era acaso un lugar a duras penas soportable, árido, sin significado, en absoluto emotivo? Para todos esos hombres y mujeres era la fuente más rica de conmoción. Cuando resuenan las obras de Hildegarda de Bingen escuchamos letras y música de una mujer que vivía entre cuatro paredes y, a poco que prestemos atención, nos maravillamos: “¡Qué incivil es nuestra sociedad comparada con aquella!”. Porque civilizar no es descubrir técnicas nuevas para llegar a la Luna o a Marte, o bien para conseguir no solo afeitar la barba, sino eliminar el pelo de raíz, de forma que durante tres días no vuelva a salir... La civilización es algo más. La civilización va más allá de la técnica y de los mecanismos. Cuando una persona dice "yo" o "tú", expresa algo que no es un mecanismo. Es algo que posee en sí todos los mecanismos que conocemos, pero no es un mecanismo.
(Luigi Giussani - texto traducido del fasciculo adjunto al CD)