A veces, escuchando la Novena Sinfonía de Beethoven, me digo: ¡"Ojalá se pudiesen decir todas las cosas con la fuerza y la belleza con la que Beethoven expresa sus sentimientos!”.
Sin esta perfección, ¿cómo puede hablarse de cosas inmensamente profundas?
Esta oleada de notas que es la Novena Sinfonía, esta valiosa catedral de notas que llena el espacio con la imponencia y la perfección de su belleza, no es sino el eco de otra Belleza, de otra Perfección.
Las notas de la sinfonía de Beethoven son una semilla pequeñísima y frágil, un símbolo del ímpetu grandioso que ha entrado en el mundo a través de la semilla puesta en el vientre de la Virgen.

(Luigi Giussani - texto traducido del fasciculo adjunto al CD)