Stabat Mater (es)
Lucia Valentini Terrani, Margaret MarshallLondon Simphony Orchestra dirigida por Claudio Abbado
Para entender en la totalidad la importancia de esta obra hay que recordarse ante todo que es expresión de cultura de un pueblo y de la experiencia personal del músico. (...)
Una regla sola guió su mano ya extremada: que las palabras pudieran emerger en absoluta libertad y el canto sirviera unicamente a darles la vida original.
Conmovedora es la crónica de sus ultimos días de vida:
Llegando a visitarle Francesco di Feo, nombrado maestro de música que le quería tiernamente, y al ver que él, yaciendo en la cama, se ocupaba de terminar la composición del Stabat Mater, fuertemente le reprochó, diciendole que sus condiciones de salud merecían otros cuidados. Pero el pobre joven contestó que no quisiera morir antes de terminar la obra que le habían pagado diez ducados: - Y tal vez, añadió, no valga diez bayocos.
Después de alguna semana regresó el Feo y le encontró empeorado de manera que con pena de sus moribundos labios podía entender que el Stabat estaba acabado y enviado a su destino. Pocos días después, el 16 de marzo de 1736, Pergolesi exhaló su último suspiro.
Finis. Deo gratias, las últimas palabras escritas de su puño ponen un sigilio no sólo sobre la obra maestra, si no también sobre la breve existencia del joven que en el Amén final levanta, de su condición entumecida por la enfermedad, el más fulgido agradecimiento al misterio que salva a través del dolor:
La tradición quiere que en los últimos supremos instantes Pergolesi contempló un efigie que estaba delante de la cama, y remirándola ansiosamente con el pecho jadeante, lloraba: era la efigie de la Virgen de los Dolores que el autor llamaba su celeste musa.
(Pier Paolo Bellini - texto traducido del fasciculo adjunto al CD)