Vísperas solemnes de confessore KV 339 - Sinfonía n. 40 en sol menor KV 550
M. Pennicchi, C. Patriasz, Z. Vandersteene, J. DraijerNetherlands Chamber Choir - Orchestra of the 18th Century dirigida por Frans Brüggen
El cosmos y toda la realidad, del hombre y de la historia humana, son como una gran construcción, una gran obra de arte, la gran obra maestra de Dios de la cual nosotros somos las piedras vivas. Por ello, es la conciencia, la conciencia a abrir las dimensiones del ser, de la verdad, de la belleza del mundo que es Cristo, de la cual las Vísperas solemnes de Confessore, esta bellísima música de Mozart, son un reflejo tan inmediatamente cautivante y fascinante.
De hecho, es el estupor lo que hace cantar al corazón de Mozart, y el nuestro con el suyo; el estupor y la gratitud frente al Ser que es la verdad y la consistencia de todas las cosas.
La razón, a partir de la realidad sensible, de las cosas que toca y que ve, las fija, las alcanza hasta un nivel que les da una consistencia estable, sin que se pueda comparar con algo más digno: eterna, que participa de la verdad. Si es verdadero, es eterno, está para siempre. Veritas Domini manet in aeternum.
(Luigi Giussani - texto traducido del fasciculo adjunto al CD)